Un dato alarmante revela que hasta el 90% de las operaciones quirúrgicas por hernias discales en la columna pueden evitarse a través de métodos no invasivos. El dolor de espalda es tan común, que el 80% de la población llega a padecerlo por lo menos una vez en su vida, la causa del 10% es por una hernia en los discos de cartílago entre las vértebras que amortiguan el movimiento.
Durante años las cirugías han sido promocionadas como la solución a las hernias discales, tan solo en Estados Unidos se han llegado a realizar 300 mil operaciones con un costo de 70 mil dólares cada una y en México con un valor aproximado de 200 mil pesos, de acuerdo a cifras del diario La Jornada.
La realidad de este problema es que además del alto riesgo que corre el paciente al someterse a una intervención en la columna, ya que consiste en extraer el disco intervertebral dañado que está oprimiendo alguna raíz nerviosa que causa el dolor; la tercera parte de los pacientes no presentan ninguna mejoría y viven con dolor después de la cirugía, pues no se corrige la raíz del problema.
Sin embargo, un estudio publicado en la revista ‘JAMA’ afirma que la elección de cirugía u otra terapia por hernia discal se basa en las preferencias y necesidades de cada paciente, dado que se ha comprobado que la mayoría de los casos pueden aliviarse con tratamientos no invasivos, como reposo, rehabilitación y fármacos, aunque en este caso la recuperación toma más tiempo.
Para evitar la cirugía, se debe atender el problema de raíz para liberar cuanto antes el disco comprimido y lograr su regeneración. Esto se logra eliminando los espasmos y la tensión en los músculos más profundos de la columna, donde es muy difícil acceder para médicos y especialistas, por esta razón recomiendan el uso de dispositivos especializados para ello como Cordus y Sacrus, diseñados para estimular los tejidos tensos entre las vértebras que mantienen a los discos oprimidos por no poder relajarse por sí mismos durante el descanso y a los que ni masajistas ni quiroprácticos llegan con sus dedos.
Este método trabaja con el principio de la autogravitación del yoga y digitopresión de los masajes, debido a que el usuario al recostarse sobre las puntas de Cordus y Sacrus adaptadas al eje de la columna, produce que el propio peso de cuerpo al contacto con el aparato relaje y vaya accediendo a los músculos más profundos, lo que permite al dispositivo acomodarse entre las vértebras para que recuperen su espacio adecuado y liberen a los nervios y discos oprimidos, de esta manera comienza a llegar el buen flujo sanguíneo con los nutrientes para la regeneración de los discos.
Lo innovador de este tratamiento es que el usuario no necesita salir de casa, ni la ayuda de otras personas para aplicar esta terapia integral que atiende todas las zonas de la columna: cervical, dorsal-coxis y lumbar-sacro. Además puede ser usado como complemento con algún tratamiento para obtener mejores resultados y evitar gastos adicionales.